Otro año mas llegó el verano, por circunstancias del destino ese año no pudieron pasar las noches juntos a la orilla del mar, mirando las estrellas y pidiendo un deseo cuando pasase una fugaz, sin embargo él no necesitaba ninguna estrella fugaz para desear.
Deseaba poder verla, deseaba poder acariciarla, deseaba poder probar de nuevo el sabor de sus labios, sabía que eso iba a suceder, pero que tendría que pasar unos cuantos días hasta que ocurriera, pues el verano los separó sin remedio.
Un viaje de ida y vuelta los marcaba la distancia, pero no podía separar sentimientos y deseos, pues eran comunes en los dos. No había ventanas por las que mirar, pues al otro lado no verían nada, pero cerrando fuerte los ojos a la mente llegan imágenes de un universo distinto, apartado del resto de la humanidad y en el que compartieron muchas cosas, esos recuerdos hacen que su cara sonría como un niño y le brillen los ojos de una forma especial.
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Sweet Feeling