La risa es un tranquilizante sin efectos secundarios:B


viernes, 27 de noviembre de 2009


Un dicho popular dice" La vida dura tres días y dos ya han pasado". El tiempo pasa tan deprisa a nuestro alrededor qe tan solo nos damos oportunidad de "sobrevivir", somos esclavos de la rutina y pasamos cada uno de nuestros días sumergidos en un mar de problemas y de situaciones triviales que pocos momentos libres nos dejan.
He dedicado algunos instantes a recordar cuándo fue la última vez qe estando en alguna reunión o simplemente platicando con alguien haia escuchado algún comentario que dijera algo tan simple, como, "aier vi un hermoso atardecer", o bien, "vi a un grupo de aves volar hacia el sur", y aún no puedo recordarlo; piénsalo bien, estoy seguro que estarás de acuerdo conmigo en qe este tipo de comentarios ia no se escuchan fácilmente.
Alguno pensará en estos momentos que esos son comentarios superficiales y de gente que no tiene nada sobre qué hablar, que mucho mejor sería discutir de temas de actualidad como lo son las crisis económicas en el mundo o la falta de valores qe vive la sociedad. Si bien es cierto qe estos sn temas de interés para todos iia qe los vivimos 24 horas al día, todos los días, también es cierto qe en el mundo existen muchas cosas más qe valen la pena apreciar pero que por decisión propia o de la misma sociedad nos hemos abstraído de ellas. Hemos puesto a las personas en un segundo plano, qe nos hemos vuelto frívolos y egoístas, que sólo nos importa lo que está en "nuestro" mundo y cualquier situación, persona o cosa qe no pertenezca a él, no nus importa.
Nos hemos olvidado qe somos las personas las que movemos al mundo y no al revés, hemos olvidado el vivir para pasar tan sólo a sobrevivir en un mundo regido por el caos y la complejidad. Cuantificamos nuestro tiempo en dinero, no nus importa pasar algunas horas extras en nuestro trabajo para ganar una mejor posición en la empresa y sentir que así podemos ganar el mundo, pero nunca nos percatamos que al hacer eso estamos perdiendo cosas tan grandes como: la infancia de nuestros hijos, la oportunidad de disfrutar a nuestros padres o de visitar algún amigo. Lo más irónico de esto es que estas cosas que alimentan y engrandecen al ser humano son gratis y tan solo nos cuestan un poco de nuestro tiempo.
 ¡Me he dado cuenta de las cosas que hacen sentirme vivo!
Estoii convencidaa qe nacimos para vivir. Mira a tu alrededor y ante tanta grandeza, responde ¿Piensas seguir sobreviviendo?

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